9/9/20

MONARQUÍA, EJÉRCITO E IGLESIA (II)


CONTINUACIÓN:

Hablemos ahora del Ejército.

Emblema de las Fuerzas Armadas Españolas

"En nuestra historia ha habido un intervencionismo constante del ejército en la política. Hemos sufrido un ejército pretoriano". Hecho que se produce cuando los militares en lugar de ser 'profesionales', se convierten en 'pretorianos', nombre tomado de la Guardia Pretoriana Imperial que, en la antigua Roma, hacía campaña con el emperador y servía de policía política.

Según Josep M. Colomer en su libro 'España: la historia de una frustración', lo único que el ejército español nunca ha hecho, es lo único que se espera de un ejército: "defender el país de los ataques extranjeros. Derrotado en el exterior y en el interior por los franceses en 1808 y 1823, además de controlar y perseguir a los propios españoles se dedicó a la actividad política".


También es cierto que en gran parte como señala Stanley Payne, debido a la debilidad institucional del Estado, no necesariamente porque los militares fueran especialmente ambiciosos, sino porque la sociedad política se había derrumbado.

Por ello, muchos militares se sintieron obligados a intervenir en política para sustituir a un gobierno inadecuado -según sus criterios naturalmente-. Fue la insuficiencia institucional del Estado español la que estuvo en la raíz del problema militar. Y como consecuencia de ese papel 'fundamental' de los militares en la política, eso obstaculizó el desarrollo de las instituciones civiles y confirmó la debilidad del Estado. Un círculo vicioso de difícil salida.

Stanley Payne

Las diferentes formas de intervencionismo militar en la política fueron en los dos últimos siglos: pronunciamientos, golpes militares y guerras civiles. "Desde el primer gobierno postabsolutista en 1834 hasta la muerte de Franco en 1975, de los 141 años, en 70, el jefe de Gobierno fue siempre un general": Espartero, Narváez, O´Donnell, Prim, Miguel Primo de Rivera, Berenguer, Aznar, Franco, Carrero Blanco

"Durante el régimen de Franco, 40 de los 114 ministros fueron militares". Entre 4 y 8 militares como promedio hubo en sus gobiernos. "Cerca de 1.000 de los 4.000 procuradores en Cortes durante 25 años fueron militares". Para acabar, llegamos a 1981 con Armada, Milans del Bosch y Tejero

General Armada - General Milans del Bosch - Tte. coronel Tejero

Y esto deja huella en nuestra historia. El estilo militar de tratar los asuntos públicos es el de 'ordeno y mando', muy distante del de una democracia auténtica. Por ello, una de las tareas más complicadas tras la llegada de la democracia fue la de adaptar el ejército al nuevo sistema político, para que, sus miembros, como el resto de los funcionarios, se habituasen a cumplir las órdenes del gobierno de turno.

Con ese objetivo hubo algunas reformas del general Manuel Gutiérrez Mellado con el gobierno de Suárez para poner a las Fuerzas Armadas bajo el control civil en 1976. En 1981, Leopoldo Calvo Sotelo nombró en su gobierno al civil Albert Oliart, como ministro de Defensa, en el primer gabinete en muchas décadas (probablemente el primero), en el que no hubo ningún militar.

Albert Oliart

Igualmente las reformas de Narcís Serra con Felipe González, como los pases voluntarios a la Reserva, castigos por opiniones políticas, disminución de la edad de jubilación, etc. O la entrada en la OTAN, lo que supuso a los militares españoles el tener que convivir con los de otros países de una larga historia democrática. O la "abolición del servicio militar obligatorio en 2002".

Con este protagonismo del ejército en nuestra historia podemos entender y explicar sus privilegios en nuestra Carta Magna. Según Xacobe Bastida Freixido, en el transcurso de la discusión de las enmiendas al artículo 2º de nuestra Constitución, y cuando Jordi Solé Tura presidía la Ponencia, llegó un mensajero con una nota de Moncloa señalando "cómo debía redactarse tal artículo".

Jordi Solé Tura

La nota: «La Constitución española se fundamenta en la unidad de España como patria común e indivisible de todos los españoles y reconoce el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones que integran la indisoluble unidad de la nación española». Casi exacto al actual artículo 2º de la Constitución.

Por ello, es evidente que "su redacción no fue producto de la actividad parlamentaria y sí de la imposición de fuerzas ajenas a la misma (¿el Ejército?)". Tal hecho lo cuenta Jordi Solé Tura ya en 1985 en su libro 'Nacionalidades y Nacionalismos en España', de Alianza Editorial, en las páginas 99-102. También en el libro de junio de 2018, del historiador, Josep M. Colomer, 'España: la historia de una frustración', en las páginas 184-185, conocemos más detalles sobre la nota.


"Llegó de La Moncloa, el mensajero Gabriel Cisneros, el cual dijo a los miembros de la Ponencia que el texto contenía las 'necesarias licencias' y que no se podía modificar ni una coma, porque había un compromiso entre el presidente del Gobierno y los 'interlocutores de facto', muy interesados en el tema".

Esto hizo que uno de los miembros de la Ponencia, el centrista José Pedro Pérez Llorca "se pusiera firme y levantara el brazo con la mano extendida". Mas, nunca ha interesado que este dato se conociera. Jamás un constitucionalista, ni siquiera los más prestigiosos lo han mencionado. Ni la mayoría de los políticos ni de los intelectuales españoles. "El silencio es sospechoso".

José Pedro Pérez Llorca

"La presencia y vigilancia del poder militar en nuestra Transición explica que en la Constitución, las Fuerzas Armadas están incluidas en el Título Preliminar", que trata de los elementos fundamentales del Estado y la Nación. Se les asigna, entre otras funciones, "la defensa de la integridad territorial de España".

"Esto contrasta con la mayoría de las constituciones democráticas, que colocan el ejército en otro título no tan prominente, que se ocupa del gobierno, de la administración y limitan sus funciones a la defensa externa del país".


Pasemos a la Iglesia.

Hubo algunos roces entre la Monarquía  y la Iglesia en la revolución liberal, tras  las desamortizaciones eclesiásticas, que la llevó a decantarse por el carlismo. Mas, "la Iglesia ha sido profundamente monárquica. Su connivencia con la dictadura franquista no excluye su sentimiento monárquico". No he escuchado ninguna crítica desde la institución eclesiástica al comportamiento poco ejemplar del Emérito.

Iglesia y Monarquía

También ha sido profundamente reaccionaria salvo algunas excepciones  en determinados sectores del clero en la dictadura franquista. "Y su poder ha sido y sigue siendo muy grande a través de la educación, el púlpito y el confesonario", aunque cada vez menos debido a una mayor secularización de la sociedad d española.

El carácter reaccionario y su peso histórico podemos constatarlos en dos textos con una diferencia de 150 años. Pueden ser paradigmáticos. En 1788 el Santo Oficio incautó todos los ejemplares de la Encyclopédie Methodique, donde apareció el artículo Espagne, de Masson de Morvillers, en el que se dice: El español tiene aptitud para las ciencias, existen muchos libros, y, sin embargo, quizá sea la nación más ignorante de Europa".

El Santo Oficio
CONTINÚA...

FUENTE: nuevatribuna.es
Cándido Marquesán Millán
30/08/2020

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