He entrecomillado lo de la "felicitación" porque, más allá de la simbología navideña: bolas, paquetes, velas, golosinas y bayas de acebo, en realidad se trata de una llamada a los consumidores para que visiten el Centro.
La ternura y candidez que rezuma el dibujo es evidente, pero hay algo que me desconcertó: ¿Papá Noel lleva en su trineo a uno de los Reyes Magos? Fue entonces cuando se me escapó el latinazgo: "Solve et coagula"*
Y es que el puñetero consumismo le está creando a los "menudos" una empanada mental considerable.
"Ellos", los de siempre, los que dirigen el cotarro económico, con tal de hacer caja, no se detienen en minucias; no sienten ningún tipo de pudor en mezclar diferentes culturas y tradiciones para formar su súper rentable popurrí, hasta el punto de que los niños, hoy por hoy, ya esperan regalos en dos fechas: el Día de Nochebuena y el Día de Reyes.
Puestos a razonar, la verdad es que un trineo volador siempre va a ser más rápido que unos camellos. Y como lo que impera en esta sociedad viene a ser la prisa, pues está hecho. De todos modos, este ciudadano cree que deberíamos cuidar un poquito más las tradiciones que, a fin de cuentas, vienen a ser las raíces culturales de nuestro pueblo, y no dejarnos imbuir por la vorágine consumista que todo lo mezcla y lo lía con tal de hacer dinero.
¡Ah! Y recuerden que el señor gordo que viaja en el trineo está estrechamente ligado a Coca-Cola, que fue la empresa que impuso sus colores como promoción, porque el original: Papá Noel o Santa Claus (mito solar del solsticio de invierno entre los nórdicos), más tarde cristianizado como San Nicolás, siempre fue verde y blanco.
(*) "Solve et coagula" (Disuelve y cuaja).- Conocida frase de la alquimia medieval, que llama a disolver lo viejo para cuajar algo nuevo.
Miguel Ángel G. Yanes
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