Sí, hombre: aquél con el qué, los mayores, nos hacían perder la paciencia a los niños, repitiendo hasta la saciedad la misma cantinela:
- ¿Quieres que te cuente el cuento de la vieja majadera?
- ¡Sí!
- Yo no te digo: ¡sí!, ¿sino que si quieres que te cuente el cuento de la vieja majadera?
- ¡Que sí!
- Yo no te digo: ¡que sí!, ¿sino que si quieres que te cuente el cuento de la vieja majadera.
- ¡Cuéntalo ya!
- Yo no te digo: ¡cuéntalo ya!, ¿sino que si quieres que te cuente el cuento de la vieja majadera?
Y así, anteponiendo hasta la saciedad nuestras propias palabras o frases a la preguntita de marras, nos hacían perder la paciencia, llegando, en ocasiones, a convertirse en tremendas rabietas, sobre todo, cuando hartos ya de su machaconería, decíamos con incontenida cólera:
- ¡¡¡NO!!!
Y seguían con su matraquilla:
- Yo no te digo: ¡¡¡no!!!, ¿sino que si quieres que...?
Entonces, entendiendo que nos estaban tomando el pelo, abandonábamos la estancia refunfuñando.
Esperanza Aguirre y Gil de Biedma, condesa de Bornos y Grande de España.
Presidenta del Partido Popular de la Comunidad de Madrid
Pues algo así es lo Esperanza Aguirre. Parece el cuento de la vieja majadera.
Miguel Ángel G. Yanes
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