21/4/12

TRISTEZA EN LA SANIDAD PÚBLICA

Amigos:

Hoy quiero hacerles llegar el excelente artículo publicado en el periódico El Día por el Dr. Carlos García, relativo a la sanidad pública española, al que me he permitido la libertad de insertarle unas viñetas ilustrativas. Les ruego encarecidamente que lo lean con detenimiento porque no tiene desperdicio. Pero no se queden ahí.

21/04/2012

DR. CARLOS GARCÍA

SE HA CONSUMADO. Las mentiras se han vuelto realidades incuestionables. De lo prometido, de lo dicho, de lo ofertado antes, nada de nada. Solo humo, engaño, falsedad, fraude, burda farsa. Es un día triste para nuestra sanidad pública, que ha dejado de ser universal y gratuita. Ahora habrá una sanidad para los pudientes y otra para los pobres. Unos podrán pagarse su salud y otros no. Ya no será universal. Y comienzan los "repagos" o los "copagos"; en definitiva, pagar más aún por nuestra asistencia sanitaria. Ya no será gratuita a pesar de que la hemos estado manteniendo con nuestro dinero, con nuestros tributos e impuestos a lo largo de los años, y tampoco tendrá equidad, puesto que será cobrada a los que menos tienen, a nuestros jubilados y pensionistas. Siempre igual.

La presión sobre los más débiles, sobre los viejos, los enfermos, los más desvalidos, los que precisan de tratamientos médicos crónicos, de mayor cobertura sanitaria, a esos que llevan toda la vida cotizando y manteniendo el Sistema Nacional de Salud con sus aportaciones económicas; sobre ellos se busca recuperar y mantener el déficit económico. A esos que suman ocho millones y medio en nuestro Estado, a esos pensionistas que mantienen un salario inferior a la media europea, allá 1.200 y aquí 641 euros, y de los que cuatro millones están por debajo del salario mínimo interprofesional. De vergüenza.

Parece que intentan hacer desaparecer a los mayores de 65 años de este mundo porque, con estas restricciones, algunos tendrán que plantearse si comer o vivir con lo poco que ganan o medicarse y curarse sus enfermedades. Hay que elegir. No da para ambas cosas.


Pero no es solo que los pensionistas tendrán que pagar el 10% del precio de los medicamentos, sino que, además, muchos fármacos pueden dejar de estar financiados públicamente: serán aquellos que cuesten menos de tres euros, entre los que están los analgésicos tipo paracetamol, los mucolíticos, ansiolíticos y los omeprazoles para la protección gástrica. Y entonces, un anciano que padezca de un simple catarro, que deba tomar un mucolítico, tres euros; con dolores generalizados que deba tomar un paracetamol, tres euros, y un ansiolítico para tenerlo tranquilo, otros tres euros, y con un omeprazol para protección de mucosa gástrica suman al final doce euros que no serán financiados y tendrá que pagarlos totalmente. Un verdadero oprobio, un bochorno.

Si esto no es un ataque contra los ciudadanos, que baje Dios y lo vea. Un ataque contra los más necesitados, contra nuestros padres y abuelos, contra nuestros conciudadanos de más edad y frágiles.


En clave doméstica canaria, también tenemos tristeza. Nuestros políticos tampoco salen bien parados. Unos, los que gobiernan, se escudan en que por culpa del Gobierno estatal no queda más remedio que subir impuestos; que vendrán etapas muy duras, que hay que ajustar los presupuestos. Y desde Presidencia se dice que el Gobierno español debe "reflexionar y corregir las cosas, y que para que un gobierno sea fiable y serio tiene que cumplir sus compromisos y si se ha firmado un convenio de carreteras hay que mantenerlo"; y nuestra diputada Oramas le dice al Gobierno de Rajoy que "sin diálogo ni consenso será muy difícil salir de la crisis".

Pero ¿por qué aquí nuestro Gobierno autonómico no ha dialogado ni consensuado con los trabajadores ni ha respetado los convenios firmados en mesas de negociación a nivel sanitario? ¿Por qué dictó una Ley de Presupuestos anulando lo pactado, aumentando las jornadas laborales, rebajando los sueldos, retirando prestaciones sociales y mucho más, conculcando lo establecido en convenios laborales de muchos años de antigüedad? Porque siempre ven la paja en el ojo ajeno y nunca la viga en el propio. A estos políticos que tienen flaca la memoria hay que recordarles sus promesas y lo que dicen a base de hemerotecas.


Meses atrás, en octubre pasado, el presidente del Cabildo de Tenerife, junto a su vicepresidente segundo y consejero de Sanidad, con la consejera de Sanidad, la directora del Servicio Canario de Salud, la consejera del IASS, junto con el alcalde de Icod y miembros de la contrata del hospital del Norte, nos garantizaron que en marzo de 2012 tendría sus puertas abiertas. Ahora la consejera de Sanidad, Brígida Mendoza, admite que no se puede hacer dicho hospital, que tendrá retrasos por los recortes y que empezará a funcionar "cuanto antes". También la presidenta del grupo parlamentario del PSOE se indigna con la hipocresía del PP en relación con la apertura de este hospital y con la negación de la deuda histórica en sanidad que llevaban tantos años pidiendo. Pero olvida que fueron los socialistas, con Jerónimo Saavedra, quienes concertaron con los hospitales privados del norte en su día. ¡Dios mío! Vaya tropa.

Y, mientras, se paga a directivos de nuestra sanidad cantidades ingentes de dinero que sonrojan a cualquiera. Y, encima, una gerente de Atención Primaria del Área de Salud de Tenerife, la Sra. Fuentes, defiende estos incentivos y los justifica por la tremenda labor que realizan en gestión sanitaria. Tengan vergüenza y prediquen con el ejemplo.


Hoy me acuesto afligido, apenado, abatido. Ha sido un día triste y aciago.

* Médico. Intersindical Canaria (HUC)

Miguel Ángel G. Yanes
 

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