"M" era alto, grueso y bonachón. Tenía alguna pequeña deficiencia cognitiva, y por ello sus conocimientos de las distintas materias eran algo precarios, su capacidad de memorizar bastante deficiente y sus aptitudes deportivas prácticamente nulas, pero su bondad suplía con creces el resto de carencias.
Nunca coincidimos en la misma clase, pero lo conocía desde años atrás y le tenía cierto afecto.
Le encantaba acudir como espectador a todos los eventos deportivos del Centro.
Recuerdo cierto día en que se disputaba la final de balonmano. Ya había empezado el partido y las gradas estaban a rebosar, cuando comenzó a subir por ellas buscando un hueco para sentarse.
De pronto se oyó la voz sonora de Pepe Machín que, desde la última fila le grita:
- ¡"M"!... Recuerdos de Bolaños.
- ¿Y quién es Bolaños?
- ¡El que tiene unos huevos de este tamaño! Le responde, separando las manos lo máximo posible.
- Pues yo no conozco a ese señor.
Y se sienta, inocente y feliz, sin caer en la cuenta de que las carcajadas se dirigen a él
¿O tal vez es más listo de lo que parece y nos hace creer lo contrario?
Miguel Ángel G. Yanes
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