30/7/09

EL TRANVÍA NIVELA ACERAS Y ASFALTO

Las calles situadas en pendiente en esta ciudad nuestra (creo que alguna hay) por las que transitará el magnífico, honorífico, beatífico tranvía, están de enhorabuena. Gracias a las obras del susodicho invento, han desaparecido los pretiles en algunos tramos, por lo que, merced a un justo principio de igualdad, han alcanzando el asfalto y la acera un mismo nivel; por lo que, cuando llueva abundantemente, el agua, en lugar de discurrir junto al pretil, formando arroyos a veces insalvables para los zapatos, lo hará sobre la acera, ahogando irremisiblemente a nuestros pobres pies. También comercios y viviendas particulares que carezcan de un mínimo escalón correrán el peligro de inundarse, porque el curso de agua buscará, como es lógico, el amparo de las fachadas en su presuroso discurrir.


Y no sólo eso: el que la acera esté al mismo nivel de la carretera, sin ningún tipo de división, es un peligro evidente, pues se corre el riesgo de sufrir un golpe fortuito por parte de cualquier vehículo, a poco que los conductores o los propios peatones se despisten.

Miguel Ángel G. Yanes
04/02/07

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