Tras un café guayoyo (herencia venezolana como otras tantas cosas en las Islas) eché a andar Avenida de Venezuela adelante, continué por la de Canarias (antaño General Mola) y descendí por la de Bélgica para adentrarme en el Parque de La Granja.
Parque de La Granja
Lo recorrí diagonalmente casi, para salir frente al I.E.S. El Chapatal. Me detuve ante su entrada principal, de enmarañada estructura metálica, cerrada a cal y canto por mor de las vacaciones estivales, y no resistí la tentación de sacarle un par de fotos, tanto a la puerta como a las cúpulas.
I.E.S. El Chapatal
Una vez en el tramo conocido como de los Reyes Católicos de las Ramblas santacruceras, hice una parada frente a la obra titulada "Ida", de la escultora chicharrera María Belén Morales, dedicada a la memoria de los presos de Fyffes, cuya imagen y placa explicativa, adjunto:
Alcanzada la rotonda de la República Dominicana, accedí al Parque Cultural Viera y Clavijo. Sus cuidados jardines, las idóneas condiciones del parque infantil y la extrema limpieza del recinto, no consiguieron paliar mi sorda rabieta de impotencia al ver las deplorables condiciones en las que aún se haya su edificio central tras "6 años 6" de mi pública denuncia en este mismo blog:
Ya a la vera del Barranco de Santos pude observar, en la margen opuesta, la magnificencia del edificio del que fue colegio de La Asunción, hoy Parque "Cultural" Viera y Clavijo. Teniendo claro que los políticos no se interesan demasiado por la cultura porque no les reporta grandes beneficios, me he permitido la licencia de volver a entrecomillar la palabra en cuestión, por ver si logra remover un pelín la conciencia de nuestros gobernantes.
También fotografié, de paso, el nuevo puente peatonal (pura herrumbre y cristales pintarrajeados) que a esa altura comunica ambas orillas del barranco, y lo que queda de la estructura del antiguo.
Continué mi periplo ciudad abajo, deteniéndome frente al Hotel Escuela y el vertedero incontrolado que a su lado se encuentra.
Hotel Escuela y vertedero
Pero lo más grave fue que, bajo él, al pie de verticales paredes, en el mismísimo fondo del barranco, pude ver esto:
Al Excmo. Sr. D. José Manuel Bermúdez Esparza, Alcalde-Presidente del Excmo. Ayuntamiento de la Muy Leal, Noble, Invicta y Muy Benéfica Ciudad, Puerto y Plaza de Santa Cruz de Santiago de Tenerife, y a toda su corporación municipal, debería caérseles la cara de vergüenza al permitir que personas sin recursos vuelvan a habitar, como en los años de posguerra, las cuevas del Barranco de Santos.
¡¡¡Inadmisible!!!
Pasando bajo él, alcancé el nuevo Puente de El Cabo, aunque a mí me gusta llamarlo el Puente del Gallinero (por lo de la malla metálica de sus barandillas). Nada que ver, estéticamente, con el antiguo. Es más, sus escaleras han roto la perspectiva desde ambas márgenes del barranco de dos edificios emblemáticos: la Iglesia Matriz de La Concepción y el antiguo Hospital Civil, hoy Museo de la Naturaleza y el Hombre, situados el uno frente al otro, y que hoy no pueden ser visto en su totalidad.
Cauce del Barranco de Santos
¡Ah! ... Un manantial (si es que lo es) sigue manando agua sin parar al pie de su estructura.
Fíjense en un detalle, el primer pilar no tienen tajamar*, con lo cual,
cuando el agua del barranco baja con fuerza, lo golpea frontalmente y lo deteriora.
(*) Tajamar.- Aparte de ser un término náutico que designa una pieza del barco, se denomina también así la parte que se agrega a los pilares de los puentes, en forma curva o angular, de manera que pueda cortar el agua de la corriente y repartirla con igualdad por ambos lados de aquellas. Estas construcciones hacen que los pilares de los
puentes ofrezcan menor resistencia a la fuerza de arrastre generada por
el agua. También son conocidos como partidores de flujo y suelen colocarse para evitar problemas de erosión y socavamiento en las cimentaciones.
WIKIPEDIA - La enciclopedia libre
Detalle de un tajamar
Hay que ver lo que da de si un buen paseo matutino.
Miguel Ángel G. Yanes
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