Grifo tallado en hielo
El grifo es una criatura mitológica formada por el cuerpo de un león con cabeza, garras y alas de águila, lo que le permite correr pero también volar. De acuerdo con los mitos, es ocho veces más grande y fuerte que un león común.
Este ser fabuloso parece tener su origen en Oriente Próximo, pues se halla en pinturas y esculturas de los antiguos babilonios, asirios y persas, aunque también aparece representado en la cultura minoica.
El grifo es también un emblema en la heráldica, como el unicornio, el león o el hipogrifo, apareciendo comúnmente en escudos familiares y estandartes. Convencionalmente representa la fuerza, el valor y la vigilancia.
Para las antiguas culturas, el grifo tenía el poder de controlar los cuatro elementos, (cinco para los hindúes: tierra, agua, aire, fuego y éter).
Según algunos relatos, arrojaba fuego por los orificios nasales y expulsaba aire helado por la boca, e incluso se decía que al batir sus alas podían generar maremotos y que su rugido hacía temblar la tierra.
Una hipótesis actual, plantea la posibilidad de que el origen del grifo como criatura mitológica, se halle en los numerosos restos fósiles de dinosaurios pertenecientes a la familia Ceratopsidae, que se pueden encontrar en gran número en los desiertos de Asia central.
En concreto el protoceratops presenta boca en forma de pico
ganchudo, amplios huesos escapulares, cola larga y patas con pezuñas de
varios dedos, lo puede haber dado lugar a la reinterpretación popular del mito.
Miguel Ángel G. Yanes
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