Después de joder a base de bien todo lo público: sanidad, cultura,
educación… en un desaforado intento por demostrar que “no sirve” (ni a sus intereses, ni a los de sus amigos) siguiendo
las directrices de “quién te dije”:
y cuando yo creía que no eran más burros porque no se podía, les da por ponerse
a soplar a todo pulmón por su adorado tubo y… ¡claro!... pasa lo que pasa:
Les salen “verdaderos prodigios económicos”; “magnificentes
entidades bancarias”; “sutiles mercados
laborales” y toda suerte de “ventajas y logros sociales”. No cabe duda de que son unos magos increíbles, sublimes, portentosos…
Nos venden como el mayor de los prodigios , haber creado ¡¡¡16.000 empleos!!!
¡Sí!... Como lo leen: 16.000 puestos de trabajo; una cagada
de mosca en un océano de casi 5.000.000
(¡¡¡CINCO MILLONES!!!) de parados, y se quedan tan anchos y tan sonrientes,
con los belfos hinchados de contento, sacudiéndose las moscas de las orejas con sensación de orgullo. Además, esos paupérrimos puestos de trabajo
presentan unas condiciones laborales inadmisibles.
Pero ellos siguen soplando, ahítos de satisfacción, por la mágica flauta de su “dictaburradura”, creando sin cesar
Miguel Ángel G. Yanes
EL BURRO FLAUTISTA
Esta fabulilla,
salga bien o mal,
me ha ocurrido ahora
por casualidad.
Cerca de unos prados
que hay en mi lugar
pasaba un borrico
por casualidad.
Una flauta en ellos
halló, que un zagal
se dejó olvidada
por casualidad.
Acercóse a olerla
el dicho animal,
y dio un resoplido
por casualidad.
En la flauta el aire
se hubo de colar,
y sonó la flauta
por casualidad.
"¡Oh -dijo el borrico-,
qué bien sé tocar!
¡Y dirán que es mala
la música aznar asnal!"
Tomás de Iriarte
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