Según la mitología clásica, Europa era una hermosa princesa fenicia de la que se enamoró Zeus, padre de los dioses; así que, una mañana en que la joven recogía flores cerca de la playa, Zeus, transformado en un toro blanco, se mezcló entre las reses que poseía el padre de la muchacha, y ésta, al verlo, se acercó a él y tocando sus costados se dio cuenta de que era manso. Sintiendo una repentina atracción montó sobre su lomo, lo que aprovechó el dios para correr hacia el mar y llevársela, nadando, hasta la isla de Creta. Una vez allí, Zeus le regaló un collar fabricado por Hefesto y otros tres presentes: Talos (un autómata de bronce), Lélape (un perro que nunca soltaba su presa) y una jabalina que nunca erraba el tiro y, revelándole su verdadera identidad, la sedujo y la convirtió en la primera reina de la isla. De su unión nacieron tres hijos: Minos, Radamantis y Sarpedón.
Bien, una vez expuestos los antecedentes mitológicos, vamos a entrar en harina:
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