Lo apoyaron en el coche patrulla y uno de los agentes comenzó a interrogarlo. A la vista de lo cual, todos cruzamos, congregándonos a su alrededor, justo en el momento en el que le urgía:
- ¡Dame tu domicilio!...
Y él, sin saber de que se trataba, palpándose los bolsillos vacíos, dijo:
- Yo no tengo ningún "domiciolo".
Los presentes no pudimos contener las carcajadas ante su salida.
- ¿Qué dónde vives, muchacho? le espetó el "guindilla", entre sonriente y malhumorado. Hasta que, concluído el asunto, se acercó a mí, para preguntarme por bajines:
- Míguel... ¿qué quiere decir la palabra "domiciolo"?
- ¡Ay, Maurito! más "limpriadita" cabeza. Eso te pasa por no estudiar; careces de vocabulario.
Y entonces, ante mi asombro, "partiéndose el culo de la risa", me largó:
Es que ésas, tampoco sé lo que significan.
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