Uno de ellos es malvado; representa el miedo, la ira, la envidia, el sufrimiento, la ambición, la arrogancia, la autocompasión, el sentimiento de culpa, el de inferioridad, el resentimiento, la mentira, el falso orgullo, la superioridad y el ego.
El otro es benévolo; simboliza la alegría, la paz, el amor, la esperanza, la actitud de compartir, la serenidad, la humildad, la bondad, la benevolencia, la amistad, la empatía, la generosidad, la verdad, la compasión y la fe.
Esa misma lucha se desarrolla dentro de ustedes y de cualquier otra persona."
Los niños se quedaron pensando en lo que les había dicho su abuelo, hasta que uno de ellos le preguntó:
Y el viejo Cherokee contestó…
“El que tú alimentes.”
Miguel Ángel G. Yanes
No hay comentarios:
Publicar un comentario