25/12/15

TEQUILA


Atendiendo a la petición de mi amigo Fran Escuela, este ciudadano, que se confiesa un negado total para la música, va a atreverse a escribir algo sobre un conjunto de rock que hizo furor en las postrimerías de los años 70 y principios de los 80: Tequila.

Tequila (1978)

Siendo fiel a mi vicio de palabrero, quiero abundar, en primer lugar, sobre el nombre de la banda; aunque, por mucho que he buscado y rebuscado en Internet, solo he conseguido saber que les gustó Tequila porque era un nombre corto y sonoro, pero no he logrado averiguar el motivo que los empujó a decantarse por él.


La palabra tequila es de origen náhuatl (tequitl: trabajo u oficio; tlan: lugar) y se refiere, a la vez al, lugar de trabajo y a la labor específica de cortar plantas; define a una variedad de mezcal (licor extraído del ágave azul, también llamado magüey o pita) y viene a ser una denominación de origen exclusiva del municipio mexicano de Tequila en el estado de Jalisco.

Ágave azul

Una vez aclarado el significado y la procedencia de la palabra, voy a intentar entrar en harina:

Huyendo de la dictadura que el general Videla y sus adláteres habían impuesto en Argentina (año del Señor… Dictador de 1976), llegan a España las familias Stivelberg y Rotenberg, y en su seno, dos prometedores jóvenes: Alejo y Ariel.

Serán estos muchachos, de entre 16 y 17 años, unos enamorados del rock e incondicionales de los Rolling Stones, el germen inicial de lo que, en poco tiempo, llegará a ser la banda roquera más importante de este país. Simplificarán sus apellidos y serán conocidos, en adelante, como Alejo Stivel y Ariel Rot.

The Rolling Stones (1978)

Comienzan su andadura musical en aquel Madrid convulso aún por el desmoronamiento oficial del Régimen Franquista, formando parte de la Spoonful Blues Band, integrada ya por Julián Infante (guitarra), Felipe Lipe (bajo) y El Oso (batería). Es en 1977 cuando deciden cambiar el nombre por Tequila.

A raíz de que El Oso es llamado a filas (en aquella época el servicio militar continuaba siendo obligatorio), viene a ser Manolo Iglesias quien ocupa su puesto en el conjunto, quedando la formación definitiva estructurada así:

Alejo Stivel (voz)
Ariel Rot (guitarra solista)
Julián Infante (guitarra rítmica)
Felipe Lipe (bajo)
Manolo Iglesias (batería)


Su primer Long Play o “disco microsurco de larga duración” (ése era su verdadero nombre en castellano) girando a 33 revoluciones por minuto y titulado “Matrícula de honor”, fue grabado en el 77 y vino a ser un soplo fresco y renovador que agitó e hizo temblar al rock sinfónico imperante en la España de aquella época. Algunos de sus temas dejaban traslucir un gran dominio instrumental, aderezado con unas letras rebeldes y provocadoras, tremendamente necesarias en aquellos instantes para agitar la conciencia de la juventud.

En el verano del 77 se hacen los amos de todas las plazas de los pueblos que visitan. No en vano, el tema estrella de esa gira veraniega viene a ser “Rock and roll en la plaza del pueblo”.

Es entonces cuando, los Tequila, surgidos del underground madrileño y precursores de la Movida, comienzan a ser tratados como verdaderos ídolos, no solo por ingentes tropas de fans, sino por los medios de comunicación y revistas musicales del momento.


Componen  y ensayan en un local de la calle Arturo Soria. Allí, entre acordes, punteos y redobles de percusión, envueltos por el humo del cannabis, fluye auténtico rock. Crean la mayoría de sus canciones en aquella atmósfera mágica, donde la música y el denso aroma de la “maría”, forman un todo indivisible.

Tras un año de éxito, graban su segundo álbum: “Rock and roll”, considerado por los entendidos como una de las mejores producciones discográficas hasta aquella fecha. Cabe destacar la calidad de la carátula de este LP, algo que seguirán cuidando con esmero en los siguientes. Ese nuevo disco marca todo un hito en la historia de la banda, no solo en cuanto a calidad se refiere, sino por alcanzar con él el máximo de ventas de toda su trayectoria: unas 160.000 copias.

Es entonces cuando Gay Mercader, más su mentor y amigo que su manager, decide hacerlos actuar en Barcelona, dejándoles establecerse incluso en su propia casa en las diversas visitas que realizan a la ciudad condal, donde sus actuaciones resultan multitudinarias. Pero esa relación no duraría, ya que, a principios de los 80, deciden prescindir de Gay y cambian de representante.

Gay Mercader

Recorren el país en una furgoneta, por lo que, prácticamente, viven en la carretera dados sus continuos desplazamientos de un lugar a otro para actuar, por lo general, todos los fines de semana.

En 1980 se trasladan a Londres para grabar el que será su tercer álbum, “¡Viva Tequila!”, pero a pesar su excelente repertorio y la calidad de su sonido, se venderá menos que el trabajo anterior. Aun así, Tequila, en sus conciertos en directo, continúa triunfando.

Luego vino el asunto de una distribuidora japonesa que les propone promocionarlos en su país, a lo que ellos, sin una clara visión del asunto, acceden de inmediato, pero esa aventura resultará un rotundo fracaso en cuanto a ventas se refiere, lo que provoca, cómo no, la inmediata desaparición de sus promotores nipones que los dejan con el “orto” al aire.


A esas alturas ya no es la marihuana, sino la heroína la que se ha infiltrado entre ellos para, junto con la precariedad económica que padecen, hacerse la dueña del cotarro, lo que se traduce en continuas tensiones que comienzan a gestar el desmoronamiento del grupo.

Aún así, siguen en lo más alto del candelero y deciden repetir Londres como ciudad donde sacar a la luz su cuarto LP, “Confidencial”. Pero no logran, ni por asomo, alcanzar las cifras de “Rock and roll”. Apenas se venden 50.000 ejemplares.

Las cosas se lían en el seno de la banda, lo que lleva a la expulsión de Felipe que será sustituido por Álex de la Nuez (Zombies) para las actuaciones en directo. Pero no será solo en el ámbito privado donde las cosas se compliquen: el movimiento punk, ya afincado en España, les planta cara en Barcelona e impiden su actuación arrojándoles botellas de cristal, lo que los obliga a retirarse del escenario sin haber finalizado siquiera su primera canción.


Para colmo de males, la discográfica Zafiro, que años atrás, actuando de mala fe, había registrado el nombre Tequila como suyo, aprovecha el despiste monumental de sus integrantes (que no caen en la cuenta de frenar la renovación automática del contrato) para encadenarlos por cinco años más en las mismas condiciones, lo que sumado al creciente consumo de drogas, a la falta de dinero y a los problemas personales entre ellos, los arrastra irremisiblemente a su desintegración como grupo.

Corre el año de 1983. Aquella hermosa y mágica aventura ha tardado seis años en difuminarse.

"Vuelve Tequila" (2008)

Y lo que son las cosas, en 2008, veinticinco años después de su disolución, y a pesar de que ya, ni Manolo Iglesias, ni Julián Infantes, fallecidos ambos a causa del sida, estaban entre ellos, el resto decide darse otra oportunidad, apareciendo en directo el 6 de julio de ese año, en el festival Bilbao BBK Live, aunque en última instancia, Felipe Lipe (bajo) decidió descolgarse, por lo que la nueva versión de la banda quedó conformada por:

Alejo Estivel (voz)
Ariel Rot (guitarra solista)
Josu García (guitarra)
Mac Hernández (bajo)
Daniel Griffin (batería)
Mauro Mienta (teclados)


La idea era efectuar una gira durante los meses de julio y agosto de ese año, pero al final el proyecto duraría hasta septiembre de 2009.

Hasta aquí lo que este ciudadano (que, les recuerdo, es un batata musical) sabe de esa mítica banda de rock que revolucionó el panorama español en aquellos años duros e ilusionantes.

No obstante, atendiendo también, a mi sinsentido del humor, no quiero acabar este artículo sin hacer mención a una nota que, los antiguos componentes del grupo escribieron a sus fans del sexo femenino.


Parafraseando la famosa frase de “Te quiero un huevo”, decía así:

¡¡Tías, os queremos una docena de huevos!!

Y bajo ella firmaban los cinco.


Pero claro, a mí, que soy un pijotero, y de Letras para más inri, no me cuadraba la cuenta.

5 x 2 = 10

¿De quién coño eran los huevos que faltan?


Miguel Ángel G. Yanes

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