Tu tristeza
oculta
se derrama
incolora
sobre el mar
-gran charco
de verdades-
y mi alegría
absurda
te busca
encaramada
en las rocas
sin alma
de la orilla.
Es inútil:
ya eres mar,
verso salobre
que corre
tras las olas,
y yo
falsa sonrisa
de arena.
Miguel Ángel G. Yanes
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