9/2/19

AUTOCORRECCIÓN

Laura, mi hija, de pequeña solía asombrarnos a todos con sus intempestivas salidas. Una de las más recordadas fue cuando descubrió que, en casa, también existía el gas butano.

Bombonas de gas butano en el camión de reparto

Mientras que en el domicilio de su abuela (dónde prácticamente se crió, habida cuenta de que ambos padres trabajábamos) la botella del gas butano se hallaba visible en la pequeña cocina, ella nunca la había visto en casa. Así que, ante su asombro, cuando abrí la puerta que la ocultaba para que el operario la pudiera cambiar, gritó:

"¡Monona!".. ¡no!... "¡botomba!"... ¡no, no!... ¡bombona!... ¡sí!... ¡bombona!

El empleado del gas la miraba atónito preguntándose, supongo, cómo era posible que aquella criatura de apenas dos añitos se corrigiera sola.

Laura
Miguel Ángel G. Yanes

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