21/6/18

VIAJANDO POR ITALIA

Italia tiene uno de los parques marítimo-terrestres más bonitos de Europa


Es un lugar muy visitado por los italianos y por bastantes europeos pero sin embargo, acuden muy pocos españoles. Para verlo bien se hace el camino de ida en barco donde podemos contemplar estos cinco pueblos llenos de colores colgados sobre el mar y llegados al último pueblo Riomaggiore recorrerlo por el interior, así nos podemos dar a nuestros ojos una vivencia especial.

¿Me acompañan?


Se llama Cinque Terre a la costa formada por cinco pueblos en la provincia de La Spezia, bañada por el mar de Liguria en Italia. Abarca desde Punta Mesco hasta Punta di Montenero, y comprende los pueblos de Monterosso, Vernazza, Corniglia, Manarola y Riomaggiore.

Esta zona geográfica constituye uno de los principales atractivos de la costa de Liguria. Tiene una orografía muy peculiar, que forma un paisaje montañoso constituido por distintos estratos o terrazas que caen hacia el mar con una fuerte pendiente. La mano del hombre, a lo largo de los siglos, ha modelado el terreno sin alterar el delicado equilibrio ecológico, utilizando esas terrazas para la producción agrícola fundamentalmente de viñas. Cada uno de estos pueblos tienen características urbanas y arquitectónicas muy particulares, debido al terreno muy inclinado, las casas son edificadas sobre las rocas, las vías son empedradas con callejuelas estrechas y porticadas, el terreno es sostenido por enormes rocas y farallones que a su vez sirven de fortaleza sobre toda la costa.


En el año 1997, a instancias de la Provincia de La Spezia, las Cinque Terre, junto con Portovenere y las islas de Palmaria, Tino y Tinetto, fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad de la Unesco. Los visitantes llegan en tren o en barcos que son los medios más utilizados para admirar estos cinco bonitos pueblos.

Veamos cada uno de los pueblos que componen este parque.



MONTEROSSO AL MARE

Es el pueblo más occidental y el más poblada de las Cinco Tierras. Está ubicado en un pequeño golfo natural protegido por una modesta escollera artificial y cuenta con las playas más extensas de la región.

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¿Qué podemos ver en Monterosso al Mare?

En primer lugar la estatua “Il Gigante” que es el símbolo de Monterosso al mare. Está situada en la parte moderna del pueblo colocada sobre las rocas, es una estatua imponente que representa al dios de los mares: Neptuno. Fue realizada en el año 1910 por el arquitecto Levacher y el escultor Minerbi.

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Podemos contemplar la Torre Aurora que fue construida en el siglo XVI para prevenir ataques de los piratas moriscos tan habituales en la época que surcaban el Mar Mediterráneo. La loma, en que se encuentra la torre, divide a Monterosso en dos partes: la parte vieja y la moderna. Las vistas desde aquí son bellísimas y merece la pena verlas no solo por el paisaje terrestre sino también por el marítimo.

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Merece mucho la pena darse un paseo por el centro histórico del pueblo. Éste se conoce perdiéndose por las callecitas del casco antiguo, llamadas localmente “Carruggi” y, si lo desean, degustando un buen vino de “Sciacchetrá”, un vino típico del pueblo de excelente calidad o entrar en las pequeñas tiendas con su sabor de antaño, sentarse en una terraza provoca un placer especial.

No debemos olvidarnos de visitar la Iglesia de San Juan Bautista y los oratorios están ubicados en el casco histórico con bellísimas capillas del siglo XIV muy bien conservadas.


Debemos visitar, desde el exterior, la casa de Eugenio Montale, Premio Nobel de la literatura en 1975, que aunque no se puede entrar al interior, pues es una casa privada, es bellísima para observarla desde el exterior.


VERNAZZA

Es el segundo pueblo más occidental de las Cinque Terre con un gran sabor marinero, en el que las antiguas casas de colores se agrupan junto a los acantilados. Se sitúa sobre un pequeño promontorio y se inclina hacia el mar, solamente es accesible por una carretera que desciende desde la carretera provincial.


Se cree que el nombre de Vernazza deriva del adjetivo latino verna, es decir, "local, indígena", pero también es posible que el nombre provenga del producto más conocido del pueblo, "la vernaccia", una modalidad local de vino.

¿Qué podemos ver en Vernazza?

La Iglesia de Santa Margarita de Antioquia fue construida en el año 1318 en el más puro estilo gótico-ligure. Se encuentra enclavada a orillas del mar junto a la ensenada de la ciudad. Se dice, que fue construida allí, pues antiguamente se encontró en ese lugar una cajita de madera que contenía en su interior los huesos de un dedo de la mano de Santa Margarita.


La particularidad de esta iglesia es el campanario octogonal que fue erigido en vez de una normal cúpula, y su curiosa distribución interna, la puerta se encuentra al lado del altar, separada por una escalinata y una baranda.

No debemos de dejar de visitar la Plaza Principal, donde se encuentra la Iglesia de Santa Margarita y la pequeña playa del pueblo. Alrededor de la plaza se alzan muchísimas casas antiguas y coloradas que contienen algunos bares y cafés donde sentarse a disfrutar de la magia del lugar. En verano, no dejen de degustar un “gelato” italiano.



El Castillo de los Doria es un imponente bastión que se extiende en la extremidad del pueblo y termina con un largo malecón del cual se puede observar toda la ciudad de Vernazza. Servía antiguamente como protección contra los frecuentes ataques. En su parte más alta se encuentra el “Belforte”, una torre cilíndrica montada sobre una base cuadrangular que se puede visitar. Desde lo más alto de la torre podrás observar todo el pueblo de Vernazza, realmente una experiencia que no debes dejar pasar; sobre todo recomiendo hacerlo al atardecer, con la puesta del sol en el horizonte y la serenidad del mar de Liguria.


Debemos destacar también el Torreón que se encuentra en el lado opuesto del Castillo de los Doria. No es visitable pero es hermoso de admirar desde el exterior. Es de origen medieval, y fue antiguamente el inicio de las murallas que defendían la ciudadela.

Saliendo de Vernazza, a través de un sendero circundado de naturaleza incontaminada, se encuentra el Santuario de Nuestra Señora de Reggio, ubicado a 310 metros de altura, fue construido en el siglo IX sobre las ruinas de un edificio aún más antiguo. En ella se venera a la Virgen Negra con el niño, también llamada “La Africana”.


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Debemos observar los viñedos y olivares que se encuentran en las laderas circundantes al pueblo. Desde tiempos antiguos, los habitantes de Vernazza han aprovechado las tierras fértiles de esta zona que, aunque empinadas, producen frutos de excelente calidad para la elaboración de aceite de oliva y óptimos vinos reconocidos mundialmente por su exquisito sabor.



CORNIGLIA

Corniglia se sitúa en el centro de las Cinque Terre, y es el más pequeño. Se diferencia del resto de los pueblos de la región en que es el único que no se conecta directamente con el mar, sino que se sitúa sobre un promontorio de unos cien metros, circundado por viñedos distribuidos en las características terrazas en el lado que mira hacia el mar.


Para acceder a Corniglia es necesario descender una larga escalinata conocida como Lardarina, compuesta por 33 tramos y un total de 377 escalones, o bien recorrer la carretera que la conecta con la estación de tren. Además, Corniglia está unida a Vernazza por un sugerente paseo a medio camino entre el mar y la montaña.


¿Qué se puede ver en Corniglia?

La iglesia de San Pedro fue construida en el año de 1334 sobre los restos de una capilla anterior al año 1000. Tiene un espléndido estilo gótico-ligur, con tres naves y una fachada caracterizada por un rosetón en mármol horadado. Tiene una Puerta Monumental con arco de medio punto con luneta que encierra pequeñas estatuas. Se puede apreciar en el interior su Pila Bautismal del siglo XII. Vemos arcos góticos en el edificio y se conserva parte de la estación de correo de la familia noble de los Fieschi.


Aproximadamente en la mitad del camino de la vía Fieschi, conocido como el “Carruggio” (callejón) es la calle principal de la aldea. Se observa es un pequeño edificio de inicios del siglo XVIII. Por detrás, cuenta con una terraza desde donde se tiene un amplio y privilegiado panorama de la Riviera de Cinque Terre.


MANAROLA

Situado en una colina, el pueblo de Manarola se extiende por el valle, encerrada entre dos espolones rocosos, y desciende hacia el mar hasta albergar un pequeño puerto. Manarola es el segundo pueblo más pequeño de las Cinque Terre, tiene un gran colorido y es el pueblo más antiguo de la zona.


Este pueblo se sitúa en el último tramo del río Groppo. Las casas se agrupan una junto a otra a lo largo de la vía principal, que a su vez sigue el curso del agua. Lo que caracteriza Manarola es su vivacidad, sus fantásticos restaurantes y su belleza arquitectónica; tantas casas de colores enclavadas en la piedra, que el poeta Lino Crovara las describe muy bien como “Una colmena en la roca, un nido de gaviotas alto sobre las olas, un pueblo donde el leve susurro de las olas acaricia las orejas atentas del alma”. Palabras que realmente tocan nuestros sentidos al encontrarnos allí.

¿Qué hay que ver en Manarola? 

Su principal atracción son sus calles, perderse caminando entre sus callejuelas coloridas es muy agradable y relajante, además de que son fáciles de caminar y está al alcance de todos. El pueblo contiene una calle principal, llamada “Via di Mezzo” donde encontraremos numerosos restaurantes, bares y negocios de artesanos y artistas locales donde venden y muestran hermosísimos objetos tan coloridos y simpáticos como el mismo pueblo.


Algo que no puedes perderte en Manarola es comerte una típica “Focaccia” ligure: es un pan suave y esponjoso, realizado con especias y aceite de oliva, que en la focacceria “La Cambusa” ubicada en la Via di Mezzo lo hacen estupendamente. Siempre se asocia Manarola con esta excelente focaccia.

Además, Manarola cuenta con una hermosa piscina natural de piedras, con un color azul que invitará a darte un chapuzón. Darte el baño aquí será un placer en el periodo estivo.


La iglesia parroquial de la Natividad de la Virgen María se conoce comúnmente como la Iglesia de San Lorenzo, el santo patrón de Manarola. El edificio fue construido en el año 1338, como lo indica la placa en el lado derecho de la fachada, y es una obra del estilo gótico de Liguria de los Maestros Antelami. La fachada tiene un portal con un arco apuntado y una luneta con un bajorrelieve que representa el martirio de San Lorenzo. La roseta está decorada con doce columnas con capiteles frondosos y una corona exterior adornada con cabezas humanas y leonas. El trabajo se atribuye a los autores del rosetón de San Pietro in Corniglia.


El campanario del siglo XIV, tiene una planta cuadrada, separado de la iglesia, se obtuvo de una antigua torre de vigilancia. El interior de la Iglesia de San Lorenzo se presenta con tres naves, en estilo barroco. En el altar mayor hay un tríptico del siglo XIV que representa la Virgen con el Niño y los Santos Lorenzo y Caterina. En la nave izquierda hay un tríptico con un fondo de oro, que pertenece a la iglesia de Volastra. En el parte central está San Lorenzo y, en los paneles laterales, Santo Domingo y San Juan Bautista.


El santuario se encuentra en Volastra, un pueblo colgado de la colina de Manarola, situado anfiteatralmente sobre un montículo. Las casas son en parte muy antiguas y tienen algunos portales rústicos hechos de bloques de piedra. El nombre deriva del latín Vicus oleaster, que es la tierra de los olivos.

El castillo de Manarola ha desaparecido por completo, a excepción de algunos restos de un bastión, probablemente de épocas anteriores al siglo XIII. Las ruinas están incorporadas en las paredes que sostienen las casas que dan al acantilado hacia el mar. Es una visión muy sugestiva del pequeño puerto y se muestra imágenes de gran belleza del lugar.


Puede bañarse en Manarola cerca del puerto con un fácil acceso desde la estación de tren. Es la zona conocida como “Marina di Manarola”. Por el poco espacio disponible, durante el verano suele ser bastante difícil encontrar lugar. Toda la playa está prácticamente compuesta de rocas con un azul profundo muy hermoso. 


RIOMAGGIORE
 
Riomaggiore es la más oriental de las Cinco Tierras. Es un pueblo tranquilo de pescadores con carácter pintoresco. Su centro histórico tiene su origen en el siglo XIII. Se sitúa en el valle del rio Maggiore, el antiguo Rivus Major del cual toma su nombre el pueblo.


Las casas se distribuyen en distintos niveles paralelos que siguen el abrupto recorrido del río. El nuevo barrio de la Stazione, llamado así por haberse desarrollado en el siglo XIX tras la llegada de la línea férrea, se sitúa en cambio en el valle formado por el Río Finale, así denominado por señalar en una época, los límites de las tierras de Riomaggiore con las de Manarola.

¿Qué podemos ver en Riomaggiore? 

La iglesia de San Juan Bautista ubicada en la parte alta del pueblo y es una pequeña pero graciosa edificio que fue construida en el año 1340, siendo la principal iglesia de Riomaggiore, y una de las más bonitas de Cinque Terre.



Tenemos la posibilidad de ver el “Castellazzo di Cerricó” que se encuentra en lo más alto del pueblo. Es una fortificación del siglo XIII, tiene una planta cuadrada del cual surgen dos murallas con dos enormes torres circulares. Si entramos en su interior vemos como alberga un centro donde se efectúan eventos didácticos y culturales. Para visitar el castillo de Riomaggiore, se toma la misma calle donde se encuentra la Iglesia de San Juan Bautista.



Existen otras tantas capillas que valen la pena visitar como el Oratorio dei Disciplinati, el oratorio de San Rocco y el santuario de nuestra señora de Montenero.

Debemos caminar por las estrechas calles del pueblo y descubra hermosos parajes, disfrute del pueblo. Les recomiendo que entren en los pequeños negocios de artesanía, deténgase también en alguna taberna a beber un buen vino local pues son excelentes, así podrá sentir el alma y la esencia de este pueblo. No se pierdan el túnel que va de la estación ferroviaria hasta el pueblo, realizada totalmente con mosaicos de colores representando el mar y las joyas que éste esconde.


Acérquense al pequeño malecón de piedras que se encuentra a orillas del mar, disfrutando del panorama que se ve desde ese lugar.

Del malecón, siga el pequeño sendero que va al lado opuesto del pueblo hacia el sur y se encontrará con una hermosa sorpresa, una playa “escondida” totalmente empedrada, pero bellísima, es un lugar muy sugestivo para sentarse a disfrutar de la vista, tal vez en un atardecer.

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FUENTE: nuevatribuna.es
Edmundo Fayanás
12/05/2018

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