Teilhard de Cahrdin
Pero Teilhard fue un hombre capaz de mover los cimientos de la doctrina de la mismísima Iglesia Católica, que a los pocos años de su muerte reconoció su obra y modificó su rechazo a la evolución favoreciendo que, de modo muy positivo, la ideas de Darwin fueran aceptadas por centenares de millones de personas, ampliando extraordinariamente el espacio de influencia de las teorías evolucionistas.
Hay un Teilhard de Chardin científico, con centenares de artículos en las mejores revistas geológicas y paleontológicas de su época. Hay varias especies de fósiles que llevan su nombre: theillardi, theillardus….. Fue uno de los descubridores del Hombre de Pekín y del Hombre de Cromagnon.
Réplica de cráneo del Hombre de Pekín
Pero Teilhard, además era un místico. Cuando los demás colegas salían de la excavación y colgaban las botas de paleontólogo, él escribía de mística. Sus obras, perseguidas por la censura, se publicaron como borradores, que iban de unas manos a otras, hasta su muerte. Pero no renunció a sus ideas.
Teilhard es un evolucionista radical, incluso escribe la palabra con mayúscula. Sabe que las resistencias a la evolución, a su avance, tarde o temprano no servirán para nada. De todos modos para él fue tarde. “El fenómeno humano”, su libro más relevante y que fue publicado póstumamente, llevaba en las primeras páginas la adhesión de decenas de profesores, investigadores…como un escudo protector, como avaladores, ante el temor a la censura.
El propio autor relata que ya en el noviciado de jesuita quedó fascinado por la teoría de la evolución, “ la palabra evolución me venía una y otra vez a la cabeza…….Esa palabra mágica –evolución- que sin cesar volvía a mi pensamiento como un estribillo, como un sabor, como una promesa, como una llamada… (El corazón de la materia).
Pierre Teilhard de Chardin nace en 1881 en la zona volcánica de Auverne, en el límite entre la Francia occitana y la Francia del norte. Su vida y su obra se hallan también en la frontera entre la ciencia y la mística. Muere en el exilio, en Nueva York , en 1955.
Para Teilhard, el poder de los hombres es como esos castillos de arena que construyen los niños en la playa. La marea se los lleva irremisiblemente. La gran marea de la Evolución se lleva por delante la ignorancia, el aferramiento al poder, tan frecuente en todas la instituciones.
Trabajaba en el Museo Botánico de París, era un joven profesor con un prometedor futuro como investigador. Pero una filtración de unos borradores sobre la mística de la evolución que desaparecen misteriosamente de su despacho le enfrenta a la censura. No se retracta y es enviado a China.
Museo Botánico de París
Teilhard pasará la mayor parte de su vida en China de 1926-1946. Allí escribe entre 1938 y 1940, “El fenómeno humano”. Sigue la tradición jesuítica de la vinculación con Asia y de hacer de puente entre Oriente y Occidente: San Francisco Javier, Mateo Ricci,.Arrupe…Vuelve a Francia tras la revolución china de la que consigue escapar refugiándose en la embajada francesa en Pekín.
Se pueden establecer paralelismos con otros místicos como Santa Teresa que también sufrió la censura, con San Juan de la Cruz que hasta tuvo que escapar de la cárcel, o San Ignacio también estuvo preso por la Inquisición. Podríamos decir aplicando las teorías de Foucault que el poder y la mística, con su libertad radical, nunca se llevaron bien. Y es importante resaltar que la mística forma parte de la creatividad humana, con una larga tradición en las todas las culturas del planeta, y no forma parte del área del trastorno mental como plantea la psiquiatría reduccionista actual para la que la salud mental es la mera adaptación a las normas sociales dominantes, cercenando la enorme psicodiversidad de la mente humana, de la que forma parte la mística en todas las tradiciones culturales.
El péndulo de Foucault
Al regresar a Francia a consecuencia de la revolución china, Teilhard sufre su primer infarto y una depresión. Se tiene que exiliar ahora a Nueva York aunque realiza investigaciones en todo el mundo: Africa del Sur, Latinoamerica… Su etapa final fue muy difícil. Sin embargo, apenas unos años después de su muerte se inicia el Concilio Vaticano II y Teilhard será uno de sus más importantes inspiradores, todo un referente. La gran marea de la Evolución, en la perspectiva de Teilhard. ha hecho finalmente su camino allanando las resistencias.
Tanta tenacidad, tanta generosidad, a pesar de la incomprensión, no serían en vano y acabaron teniendo su premio. Murió pensado que su obra no era aceptada y comprendida. Por todas estas circunstancias personales, por su rebeldía, Pierre Teilhard de Chardin, ha entrado en la leyenda.
No es que finalmente sus ideas sean reconocidas, es que sus ideas evolucionistas forman parte de esa marea que hace que los viejos castillos de la resistencia, acaben cayendo. El mismo formaba parte de esa fuerza evolutiva en la que tanto creía.
La Evolución para Teilhard permite superar de una vez la dualidad mente-materia, un grave error para él. Desde su visión mística, el corazón de Dios se halla en el corazón del mundo atravesado por la presencia de lo divino, lo que denomina “el medio divino”. La acción creadora de Dios tiene lugar a través del inmenso proceso evolutivo del universo.
“Todo lo que yo puedo llegar a escribir es solo una parte de lo que siento que se asemeja al fuego” , escribe. Como es sabido, la referencia al fuego es fundamental en todas las tradiciones místicas desde Oriente a Occidente. “Soy un viajero entre diferentes mundos”, escribirá también.
“ Desde un punto de vista meramente positivista, el Hombre es el más desconcertante y misterioso de los objetos descubiertos por la ciencia……el Hombre tal como la ciencia consigue reconstruirlo es un animal como los demás, tan poco diferenciable por su anatomía ….pero por los resultados biológicos de su aparición ¿no es justamente algo muy diferente? (Página 169. El fenómeno humano).
Plantea que la evolución es un complejo proceso que puede ser estudiado desde la ciencia y que conduce hacia un punto omega. “ una colectividad armonizada de conciencias, que equivale a una especie de superconciencia” . Se puede ver aquí una premonición de la idea de internet. La materia evoluciona hacia el espíritu desde los planteamientos de Teilhard.
Desde su perspectiva mística, La Evolución conduce a la complejidad, a una gran unidad. Considera que hay “una energética” un motor en la evolución que tiende a la unidad y al amor. Considera que...
el amor es la
base de la felicidad humana.
FUENTE: publico.es
Salud mental en tiempos difíciles
Joseba Achotegui
31/10/2015
No hay comentarios:
Publicar un comentario