Bajo tu falda
nevada
se esconden tus caderas
ardientes de lujuria,
soñando con un baile
salvaje
que desgarre
la quieta indiferencia
de tus ropas de invierno.
Cuando libre
se ofrezca
tu cuerpo,
desnudo tras la danza,
a la suave caricia
del sol,
serás amada,
serás enaltecida,
como jamás
femenina montaña
lo soñara.
Miguel Ángel G. Yanes
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