Pongamos por caso que él sea español... canario... palmero... y que se llame Jaime Matos Abreu (ex presidente de la Asociación Canaria en Dinamarca), que tenga 66 años de edad, lleve más de 40 trabajando y residiendo en dicho país, y que haya decidido pasar, en compañía de su esposa Kirsten, las fiestas navideñas en su isla natal.
Pongamos por caso que se alojen en el Puerto de la Cruz, donde, al día siguiente de su llegada contratan, en una agencia de viajes, billetes de ida y vuelta a La Palma, con la compañía Islas Airways, que los traslada allí sin ningún tipo de problemas; pero que la cosa se complica cuando, un temporal de viento y lluvia, obliga a cerrar el aeropuerto palmero, no quedándoles otra opción que regresar a Tenerife por vía marítima.
Pongamos
por caso que plantea correctamente su reclamación a la señorita que
atiende el mostrador, y que ésta le responde a las claras, que quien
único le puede reintegrar el dinero es la agencia de viajes, y que sólo
percibirá el 70 % del importe. Ante lo cual, asombrado e incrédulo,
intenta razonar con ella, indicándole que ha de abandonar Puerto de la
Cruz a las 8 de la mañana siguiente, rumbo al aeropuerto del Sur, para
tomar el vuelo de regreso a Dinamarca y, por tanto, no tiene ninguna
posibilidad de pasar por la agencia de viajes; pero ella sigue
repitiendo la misma cantinela:
Es entonces cuando el cliente, visiblemente molesto, aunque sin perder la compostura ni la educación, aduce lo siguiente:
- Vamos
a ver, señorita ¿Con quién he contratado yo el servicio, con la agencia
de viajes o con su Compañía? ¿O es que intenta decirme que Vds. no
reciben el importe de la venta?
La
verdad es que la imagen de las Islas que se lleva esta pareja deja
mucho que desear, porque lo evidente es que ellos no han sido los
causantes de temporal que azotó La Palma, pero si han pagado el pato.
Miguel Ángel G. Yanes
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