Como si el mar abriera
Sus cancelas
Y dejara salir
Fieras jaurías
Que mordieran la tierra
Con colmillos de sal,
Rabia y espuma.
Una furia terrible
Que escapara
De las profundidades
A través de esas fauces
Que, a dentelladas,
Van arrancando trozos
A la costa.
Me despierta el rugido
De estos lobos furiosos
Que el viento de la noche,
Como una legión
De demonios huidos
Del inframundo
Eleva y amplifica.
Desatada galerna
Que estremece
Todo lo que las manos
Destructoras del hombre
-en un sesgo de paz-
Algún día elevaron
En su efímera gloria.
Miguel Ángel G. Yanes
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