2/6/21

CONOCIMIENTO DE CAUSA (I)


En el conocimiento de causa "se encuentra todo el problema de la democracia"

 

Susana Griso - Ana Rosa Quintana - Antonio Ferreras

La lectura del espléndido artículo titulado 'El mito de la Europa democrática' de Marc Peguera Martínez me ha llamado extraordinariamente la atención. La idea básica expuesta es que la construcción de la Unión Europea no fue obra de la participación de la ciudadanía, sino de las élites. Lo cual "no es un procedimiento muy democrático".

Nos dice Marc Pequera que según Cornelius Castoriadis desde un punto de vista etimológico, 'demokratia' significaba «dominación de las masas» pero puntualizaba que «el dominio real es el poder decidir por (uno) mismo sobre cuestiones esenciales y hacerlo con conocimiento de causa» y que ahí, en el conocimiento de causa, «se encuentra todo el problema de la democracia». 

Evidentemente, "el conocimiento de causa está íntimamente relacionado con la participación política", pero se trata de algo difícil de analizar porque, más allá del activismo y la militancia, y más allá del grado de participación de cada individuo, nos enfrentamos al espinoso debate sobre la información y los medios de comunicación, que son el eje alrededor del que gira ese conocimiento de causa. De algún modo, los medios de comunicación 'coagulan la representación' en forma de conocimiento.

Allí donde la participación directa no es posible necesitamos estar informados y el necesario papel de canal de transmisión de la información lo juegan los llamados medios. La representación de la ciudadanía se materializa en los representantes políticos, mientras que la representación del conocimiento está en buena medida en manos de los medios, que podríamos entender idealmente como 'representantes comunicacionales'.

Si los representantes políticos se la juegan en las urnas, ¿qué sucede con los 'representantes comunicacionales'? ¿Dónde se la juegan los medios o, dicho de otro modo, a quién responden? Es una idea capital, la idea de respuesta, que no es más que la idea de rendir cuentas. En un sistema mínimamente democrático los representantes políticos deberían rendir cuentas ante sus electores, ante la ciudadanía. ¿Podemos decir que sucede tal cosa con los 'representantes comunicacionales'?

"No parece que los medios de comunicación respondan ante la ciudadanía. En todo caso responden ante sus propietarios, que casi sin excepción son una pequeñísima parte de dicha ciudadanía". El 'sufragio comunicacional', si se nos permite decirlo así, es censitario. La independencia de los medios llegará hasta ese punto en el que no perturbe a sus dueños. Un sistema de comunicación, o de medios, que fuera realmente democrático debería garantizar la optimización de su 'representatividad comunicacional'. El debate en este terreno permanece abierto.

 

Todo este prólogo se justifica por el papel que han desempeñado los grandes medios escritos, radiofónicos y televisivos, como Mediaset y Atresmedia, La Cope, Onda Cero, Cadena Ser, El País, El Mundo, La Razón, Abc, además de otros, en los resultados electorales que han propiciado el triunfo incontestable de Isabel Díaz Ayuso.

¿La sociedad madrileña con este sesgo informativo unilateral de los grandes medios ha podido participar en las recientes elecciones del 4-M con el adecuado y suficiente conocimiento de causa? ¿O, dicho de otra manera, la sociedad madrileña ha podido acceder al conocimiento de todas las decisiones políticas ejecutadas en estos 2 años por Isabel Díaz Ayuso? Yo no entro a cuestionar los resultados electorales. La ciudadanía puede votar lo que le parezca oportuno de acuerdo con su criterio personal y la información que haya querido seleccionar.

Isabel Díaz Ayuso

No obstante, me parece oportuno reflexionar sobre el artículo 20.1 de nuestra Carta Magna en el que se reconocen y protegen los derechos: a) "A expresar y difundir libremente los pensamientos, ideas y opiniones mediante la palabra, el escrito o cualquier otro medio de reproducción". b) "A la producción y creación literaria, artística, científica y técnica". c) "A la libertad de cátedra". d) "A comunicar o recibir libremente información veraz por cualquier medio de difusión". Para analizar este último artículo me basaré en la sinopsis realizada por Ascensión Elvira Perales, Profesora Titular de la Universidad Carlos III:

Especial incidencia cuenta la formulación de las libertades de expresión e información (párrafo 1, apartados a y d) respectivamente), libertades no siempre fácilmente distinguibles, pero que es necesario matizar para hacer plenamente operativos los mandatos constitucionales; de esta forma, la libertad de expresión hace referencia a la libertad para comunicar pensamientos, ideas, opiniones por cualquier medio de difusión ya sea de carácter general o más restringido (pasquines...), aunque se garantice una especial protección en el primer caso.

CONTINÚA...

FUENTE: nuevatribuna.es
Tribuna de opinión
Cándido Marquesán Millán
23/05/2021

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