Hay dos frases relativas a billetes (entiéndase dinero) que quedaron grabadas en mi memoria y, a no ser que se empeñe el Señor Alzheimer, me acompañarán siempre.
Una de ellas se la oía decir a menudo, en plan de guasa, a mi amigo Reyes (q.e.p.d.) quién, cuando alguien repetía esa manida frase de "buena hora", se apresuraba a apostillar: "¡Sí! Buena hora para contar billetes". El pobre nunca tuvo demasiados billetes que contar, y tal vez por eso, le salía del alma aquella coletilla.
La segunda frase, también en plan de guasa, la soltaba a menudo mi abuelo paterno cuando conjugaban, entre familiares o amigos, el verbo conformar: "yo me conformo...", "yo me conformaba...", "yo me conformaría..." (hablando de dinero, se entiende) y cada cual intentaba echar la mayor barbaridad posible. Hasta que un día a mi abuelo se le ocurrió decir: "Pues yo me conformaría con todos los billetes que pudiera cargar el Valbanera". Se hizo el silencio apenas un segundo, para escucharse luego un sonoro tronar de carcajadas. Y desde ese instante, quedó como la cantidad idónea de billetes con la que cualquiera debería conformarse.
Ahora, muchos de ustedes se preguntarán qué era El Valbanera. Pues bien, para una información detallada y precisa, les recomiendo el artículo escrito por D. José Luis Torregrosa, alojado en:
Pínchelo y léanlo con detenimiento. Merece la pena.
Miguel Ángel G. Yanes
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