15/1/17

LITA CABELLUT

De vivir en la calle pidiendo limosna a ser la pintora española más cotizada del mundo
 
La pintora Lita Cabellut

Muy pocos conocen a la pintora Lita Cabellut (Barcelona, 1961), que nació en uno de los barrios marginales de Barcelona. Esta artista, que se ha convertido en la pintora española más cotizada del mundo, pasó su infancia pidiendo limosna entre la Boquería y el Port Vell.


Abandonada por su madre, vivió ocho años en las calles y sobrevivía a base de pedir limosna. Lita Cabellut es la única española en la lista de los artistas más cotizados del mundo y sin embargo, en nuestro país nadie la conoce. Pero solo hay dos españoles que vendan más que Lita Cabellut en subastas de todo el mundo: Juan Muñoz y Miquel Barceló, según publica el portal culturainquieta.com.


Después está ella, en el puesto 333, como la única mujer de nuestro país en ese ‘top 500’ de los artistas contemporáneos más cotizados del planeta. Los famosos Antonio López o Jaume Plensa ni siquiera aparecen en la lista que publica cada año Artprice, referencia en el mercado de subastas.


Lita Cabellut fue abandonada por su madre soltera a los tres meses de su nacimiento. La familia a la que la niña fue dada en adopción la llevó de viaje a Madrid, y “en el Museo del Prado Lita tuvo una de esas epifanías vocacionales tan frecuentes en temperamentos artísticos como el suyo. La pintora no ha parado de pintar desde entonces a los desarrapados de la sociedad hasta convertir sus obras en alegatos de humanidad, retratos de una fuerza desgarradora que dejan de una pieza. Gracias a sus padres adoptivos Lita pudo estudiar en la prestigiosa Rietveld Academy de Amsterdam”, publica el portal culturainquieta.com.


Cabellut reivindica la universalidad del arte, a través del cual describe la realidad de la condición humana. Visiblemente influida por artistas como Francisco de Goya o Francis Bacon (pintor), su universo creativo se aferra al compromiso y la preocupación por el ser humano, al que toma como objeto e introduce en la obra mediante una técnica en la que la importancia recae en captar la vivacidad de la piel, el órgano más externo que revela el paso del tiempo y las experiencias, aquel que desnuda la crudeza, la fuerza, el carácter y la angustia de los instantes más emotivos de su existencia”, escribe María Hidalgo en culturainquieta.com.


FUENTE: www.lacronicadelpajarito.es

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