18/11/14

ZURRIAGO

Sé que voy a meterme en un berenjenal lingüístico, pero a raíz de la conversación mantenida ayer con el amigo Atanasio, que sacó a colación esta curiosa palabra, hoy me apetecía airearla, como suelo hacer con otras que van cayendo en desuso en nuestra tierra, en un desesperado intento por no perder esos significados que los canarios "aún" les damos. 


Si recurrimos al diccionario de la lengua de la Real Academia Española, hallamos tres acepciones de dicha palabra:

zurriago.

(De zurriaga).
1. m. Látigo con que se castiga o zurra, el cual por lo común suele ser de cuero, cordel o cosa semejante.
2. m. zumbel (cuerda que se arrolla al peón).
3. m. Col. pene.

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Pues bien, aquí, en las Islas, los significados dados por la Academia Canaria de la Lengua a dicho término  son dos:

zurriago, ga.

1. m. y f.  Persona vil y despreciable. El que sea pobre no quiere decir que sea un zurriago.
2. f. Mujer de mala reputación. 

Pero a este ciudadano no le convence demasiado. Para mí, zurriago, es más bien un belillo, rebenque, tolete, ignorante, torpe o zote, más que una mala persona. 


Ahora bien, un zurriagazo, está claro que es un golpe dado con algo, aunque aquí lo empleamos también como sinónimo de partigazo para identificar una buena caída, leñazo, costalada o batacazo: "se dio tremendo zurriagazo". Si bien, en lenguaje coloquial, sobre todo en boca de los jóvenes, a menudo se escucha decir: "agarró un gajo". Que no quiere decir que haya cogido nada ¡eh!, tan sólo que "se pegó un viaje" o "una buena castaña".  


Miguel Ángel G. Yanes

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