7/11/13

LA PALMA, DESDE TENERIFE (POEMA)

  
(A Maki) 

A la izquierda de esta tarde sin dueño, 
Lávica espuma con sangre de volcanes,
La isla de La Palma está prendida.

En lontananza flotan, tras las nubes,
Sus cumbres separadas por la grieta
Que corta en dos su corazón materno.

Sobre su húmeda piel, rotundos, mágicos,
Los sueños de sus gentes se forjaron.

Aunque a veces salobre sea la lágrima
Que el verde de su párpado oscurece
Con el pálpito gris de la añoranza,

Cuando lejanos a su vientre quedan
Para siempre los hijos y no puede
Con sus arbóreos brazos arroparlos,

Sólo tiene un recurso de isla-madre:
Un grito de luz que tal vez llegue
Con la rotundidad del desespero,

Más allá de la lógica del hombre,
Reflejando su amor en la ardentía.

Un rotundo destello que ilumine
Emoción y recuerdos diluidos
En la tibia mirada del ausente.

Y un silencio de paz difuminando
Ese tibio escozor que en las pestañas
Pugna por deshacer el horizonte.

Acaso hecha con plumas de nostalgia,
Una nube de grajas imposibles
Va ocultando la luz bajo sus alas;

Dan la vuelta a la mar sus patas rojas
Y renace el azogue del espejo.

Miguel Ángel G. Yanes

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