30/11/10

POEMA SIN TITULO


Yo no he venido aquí
para subir por esas escalera.


He venido
para gritar por los que no se atreven,
para soñar por los que tienen miedo,
para llorar por el dolor que abrasa
las resecas pupilas de otros ojos.


He venido para morir al alba,
desnudo y solo,
como el día primero en que la luz
traspasó con su espada
la oscuridad oculta
en la piel de los párpados.


Pero aún esta noche,
con su cielo cargado
de rojizas bengalas,
con su silencio amargo,
con sus horas cansadas,
ha de servir de pábulo
a mi esperanza, y canto,
aunque mi voz temblando
chirríe y desafine,
para dejar un eco
que sin tregua golpee
inamovibles tímpanos.


Por eso decidí aquella tarde
no subir escaleras.


Continúo sentado
sobre la misma piedra
que heredé de mi abuelo.
Desde aquí escribo y canto,
desde aquí tiemblo, y lloro,
y hasta la rabia,
en ciertas ocasiones,
me hace callar y aprieta
silencios con los dientes.


Ahora tengo una hija
y un verbo que conjuga de continuo
y espera, con sus ojillos ávidos,
que comparta con ella sin parar,
y le explico, apenas como puedo,
que llegará un momento
en que habrá de jugar
también a lo imposible.
Y entonces se me abraza
y quiere que le cuente
de cuando yo era niño
y del abuelo aquel
que nos visita a veces
cuando es profundo el sueño.


- Hija mía (le he dicho)
A los ojos profanos
es precaria la herencia
que me atrevo a dejarte:
apenas unos libros,
una piedra, una caja
de brillante azabache
donde guardo una cruz
y una rosa de nácar,
y una gaveta llena
de amarillos papeles
que quieren ser poemas,
pero tú no te engañes;
está todo mi amor
y la luz de otros seres
impregnando estas cosas.


Quizá no tenga tiempo
de explicarte que el mundo
es sólo un sueño herido
en los ojos de un dios
tímido y huidizo,
pero si ya he partido
con rumbo a alguna estrella
y deseas hacerme
preguntas que no tuve
tiempo de responderte,
escribe en un espejo
con letras invertidas
y escucharé tu voz
allá donde me encuentre,
y podré contestarte
-que no te quepa duda-
al igual que el abuelo,
en el mágico instante
en que me sueñes.

Miguel Ángel G. Yanes

Del poemario "El enigmático viaje de la luz"
Mención Especial Premio Ciudad de La Laguna 1997

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