Aprovechando La Red, a los responsables de Urbanismo del Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife públicamente me dirijo.
Como
vecino de la zona Cruz del Señor-Bº del Perú, no voy a criticar las
molestias que nos ocasionan las obras en sí (y eso que cada día nos lo
ponen más difícil a los peatones), ni su necesidad real, ni tan siquiera
el oportunismo de las mismas. Sólo quiero saber a quién se le ocurrió
la brillante idea de colocar esos bolardos metálicos planos, que parecen
espadas en cuanto a forma y color, en diversas esquinas de la zona,
cuando existen otros tipos muchísimo menos peligrosos, por no decir
agresivos para los viandantes. Y no digamos nada si alguno de ellos,
como el existente en la confluencia de las calles Santiago Beyro y Ramón
Trujillo Torres, se ha partido al ser golpeado por algún vehículo ¡hace
ya algunas semanas! y continúa así. Ése tiene un plus añadido de
peligrosidad apuntando a tétanos con sus afiladas puntas herrumbrientas,
sobre todo para ancianos y niños.
Mirando con detenimiento el resto de pivotes fijos instalados en
diversas calles de la ciudad, observo que los hay: bajos y con forma de
arco, altos y cilíndricos, altos y curvos, bajos y cilíndricos,
esféricos... ¿Era muy difícil instalar alguno de estos? ¿Resultaban muy
caros? ¿O habrá sido para que hicieran juego con los postes de la
catenaria... o con los bancos de aluminio que flanquean el recorrido del
tranvía?
¡Válgame
Dios! ¡Que diferencia con los bancos de La Rambla! Y yo que creía que
se instalaría un mobiliario urbano elegante, de calidad, que
contribuyera a dar a la ciudad la imagen estética y el prestigio que se
merece. Pero no. Qué le vamos a hacer.
Ya sabía yo que, tarde o temprano, aparecería "el tío Pedro" con las rebajas.
Miguel Ángel G. Yanes
11/04/08
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