7/1/10

LA BOMBA DEL PGO

¡Vaya! Me parece muy bien que el Sr. Zerolo no deje patear la puerta del Ayuntamiento. Pero con la misma rotundidad, no debería permitir tampoco que se patearan los derechos de los ciudadanos. Ahora que la bomba del PGO sigue haciendo tic tac entre sus manos, creo que cabría hacer una profunda reflexión, porque cuando el pueblo patea las puertas de su propia casa... ¡algo muy grave ocurre!



Aunque no me afecta el PGO, decidí acudir a la concentración matutina, el pasado 29 de diciembre, en compañía de un par de amigos a los que, curiosamente, tampoco les afecta... ¡por ahora!; con la clara intención de solidarizarnos con los afectados.

Dada la cantidad de vecinos, unos 70.000 que, según la prensa, se encuentran perjudicados por este asunto, me pareció escasa su afluencia. Es más, me queda la duda de que llegáramos a mil las personas congregadas allí, tal y como apuntan los datos, por lo que aprovecho para pedir a todos los afectados y a los que, aún sin serlo, consideren una tremenda injusticia lo que está ocurriendo, se echen a la calle el día 4 de enero, fecha del próximo pleno municipal, para hacernos oír "in situ".



No podemos permitir que "nuestros políticos" sigan haciendo lo que les venga en gana. Es inadmisible que, siendo nuestros legítimos representantes, en lugar de trabajar para el bien común trabajen para el beneficio de unos pocos.

De todas formas, gran parte de la culpa es nuestra. Siguen ahí porque les continuamos dando nuestros votos. Por favor, no me obliguen a decir aquello de que... "los pueblos tienen el gobierno que se merecen".

¡Joder!... y lo he vuelto a decir.

Miguel Ángel G. Yanes

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