30/8/09

PLAZA... FUENTE... "JACUZZI"


En un principio fue plaza, más tarde fuente y ahora… "jacuzzi" ¿Saben de qué lugar les hablo? Supongo que sí. Pues bien, quiero referirme a esa intersección en concreto, al cruce de las Ramblas de Santa Cruz con la avenida de General Mola y la Rambla de Pulido, al que, a pesar de que sólo era fuente, seguíamos llamando plaza de La Paz, más por tradición que por lógica. Pero, dada la desaparición de la rotonda central que la sustentaba, creo que acabará siendo La Paz a secas (aludo para ello a la megafonía del Tranvía Metropolitano que irá calando, poco a poco, en la la conciencia de los ciudadanos).

Como espero haber dejado claro el lugar en cuestión con tan largo preámbulo, intentaré explicar ahora el motivo de mi carta.


En la confluencia de las vías antedichas, siempre existió un círculo alrededor del cual se fueron estructurando los edificios. Ese círculo, ya fuera plaza o fuente, obligaba a los conductores a un determinado quiebro para esquivarlo, lo que, en alguna ocasión, por imprudencia o por despiste, acarreó algún accidente. Abundo en ello porque, a pesar de haber desaparecido el obstáculo central, el quiebro a efectuar sigue siendo el mismo. Ha sido entonces cuando he echado en falta la valla de protección que existía delante del Edificio Asuncionistas-2, donde antaño estuvo el Cine La Paz. Creo que sería conveniente su reposición, no vaya a ser que cualquier día (con la agravante de que no hay pretil), un vehículo incontrolado entre a saco por el salón de los juegos recreativos, o se lleve por delante a algún peatón que transite la acera o que esté esperando el cambio de semáforo.

Miguel Ángel G. Yanes
10/03/08

20/8/09

AVENIDA DE LA TRINIDAD

En aras de la modernidad, la comodidad, la puntualidad y un largo etcétera de ventajas que nos ha proporcionado el nuevo tranvía, y que no dejo de reconocer, hay determinadas cosas que hemos perdido y que, personalmente, echo de menos. Sin ir más lejos (ahora mismo imposible hacerlo por ser final de trayecto), al apearme en el andén de la avenida de La Trinidad, observo que la imagen estética que presenta la misma deja mucho que desear con relación a tiempos pasados. Entre la construcción del aparcamiento subterráneo en sus entrañas y la instalación de las vías en superficie, ha desaparecido todo un símbolo de esta arteria lagunera: el jardín central que, engalanado de esbeltos pinos de oro y una corte multicolor de hortensias (léase "flor de mundo"), ofrecía una llamativa imagen que se grabó en mis ojos en la infancia, tal vez por el fuerte contraste con el oscuro cielo del invierno.
Entiendo la imposibilidad de recuperarlo; me refiero al jardín ¡claro!, el cielo afortunadamente aún no podemos modificarlo a nuestra conveniencia o antojo, aunque todo se andará, pero lo que no entiendo es por qué en los nuevos parterres laterales que se han habilitado han plantado creo que… camelias, en vez de las hermosas hortensias que fueron siempre su seña de identidad.

No obstante, deseo felicitar a los jardineros del Ayuntamiento lagunero por la logradísima explosión de color que ofrecen los pensamientos en la confluencia de la avenida de La Trinidad con la calle Herradores: ¡Todo un deleite para los sentidos!

Miguel Ángel G. Yanes
23/02/08

10/8/09

LA SEÑAL ITINERANTE

Llevo año y medio viviendo en el Puerto de la Cruz y desde un principio me chocó bastante la existencia, en la acera del Jardín Botánico, justo en la confluencia de las calles Retama y Robles, de una valla con una indicación de tráfico amarrada con unos alambres que reza: Santa Cruz-La Laguna-La Orotava, Ctra. TF-131.


Pues bien, alguna que otra vez la han tirado al jardín que se encuentra tras ella, otras, simplemente, la han derribado en la misma acera, dejando, en ambos casos, el cruce sin la correspondiente señalización. Pero, hace unos días, alguien "más gracioso" la colocó en mitad de la calzada, como si la calle Retama estuviera cortada al tráfico, obligando a los conductores que desconocieran la broma a descender por la calle Robles hacia la parte baja de La Paz, acabando en un callejón sin salida, ya que el acceso desde esa zona a la mencionada carretera nunca se ha habilitado, por lo que no había otro remedio que retroceder hasta la carretera general para poder abandonar la ciudad.

Y yo me pregunto: ¿en año y medio, el Ayuntamiento del Puerto de la Cruz no ha tenido tiempo ni medios para colocar una simple señalización vertical que acabara con estas molestias?

Entiendo que no haya presupuesto para asfaltar la calle Robles que… ¡señores! cuando se discurre por ella, parece que uno tuviera el mal de San Vito, o para repavimentar la acera del Jardín Botánico que, con el paso de los años, se ha ido hundiendo, fracturándose las losetas y provocando un peligro latente, sobre todo para los frágiles tobillos de la gente mayor; y si llueve, aún peor, porque se forman enormes charcos que hay que ir sorteando a la pata coja, pero lo de la señal itinerante… ¡clama al cielo!

Aunque... las hay peores ¡eh!


Miguel Ángel G. Yanes
26/12/07